lunes, 16 de mayo de 2011

Mayo

Parece que voy sobreviviendo al mes de Mayo. No lo digo muy alto, que estamos a mitad de mes y todavía se puede torcer.

Empecé el mes con una noticia desastrosa, este año imposible planificar vacaciones. Estamos liados con un proyecto que nos obliga a cumplir con plazos imposibles y no sabemos si nos tocará trabajar en Agosto.
 Por el momento, tengo que reconocer que me estoy divirtiendo. Hemos creado un comité "anticrisis" que ahuyenta el stress con tiramisù y grandes dosis de buen humor.

Para evitar los efectos colaterales del tiramisù acabo de reservar 10 sesiones de cavitaciòn y pressoterapìa a través de groupon. La primera sesión empieza en Junio, ya veremos si funciona.
Con la escusa de que estoy trabajando también desde casa y que tengo que planificar el tiempo a disposiciòn, he iniciado mi política de ahorro energético: el sábado a las 8 de la mañana, tengo hora en la pelu, para retocar las mechas y hacerme un tratamiento alisante ( 7 horas a la semana ganadas). El sábado a la una, cita con la manicura para hacerme los pies y las manos con Shellac (idea copiada a una comentarista APIENSE y que me ahorrará otras 3 o 4 horas a la semana). Si nos ponemos a hacer cuentas entre el tiempo que perderé en hacerme todos los tratamientos y el tiempo que me ahorraré, casi me quedo en empate, pero la satisfacción y lo estupendisima que estaré también cuentan...















A propósito, Mayo es también el mes en el que se celebran el día de la madre y las comuniones.

Yo todavía me estoy recuperando de la fiestecita. Mis hijos me llevaron el café a la cama (calentado en el microondas, menudo bebedizo) en un maravilloso juego de café decorado por ellos. Me hizo una ilusión tremenda y no os podéis imaginar lo contentos que estaban explicándome como lo había hecho y avisándome que los podía lavar incluso en el lava-platos porque habían utilizado un barniz especial que se secaba en el horno. Yo estaba emocionadisima hasta que me di cuenta que habían utilizado el juego de café de mi vajilla buena,  DE MI UNICA VAJILLA, de mi único regalo de bodas, porque fue la única cosa que pedí cuando me casé, una vajilla de Rosenthal blanca, completamente blanca y lisa. Como dice mi marido, nunca hemos invitado a tomar café a 36 personas...
La comunión me toca la semana que viene y yo he aprovechado la ocasión para darme un capricho y me he comprado una especie de kimono de seda.