domingo, 27 de febrero de 2011

El mes de febrero es el mas corto de año y sin embargo, a mi me parece eterno. Menos mal que estamos llegando al final!



Este ha sido el mes de “le pagelle” (las notas) de mis hijos. Como siempre, nos hemos llevado a casa tres fantásticos “6” en conducta, cada uno de ellos acompañado de un buen rapapolvo del colegio docente.
Tengo que avisar que el 6 equivale al suficiente, y que un 5 en conducta significaría un suspenso general, así que es para tomárselo en serio.


Con los dos mayores, casi tengo que reconocer que lo tengo asumido, pero con Gadea ha sido devastador. Cuando he llegado a casa, le he enseñado las notas y hemos hablado del comportamiento, con sus ocho añitos lo ha arreglado de una forma muy simple: mamá, le quitamos un punto a cada asignatura y así tengo todo 9 y un 14 en conducta. Que hago? La estrangulo?



Durante este mes, hemos tenido también los exámenes de música de David y Beltràn. Después de dos años de solfeo, han podido elegir los instrumentos que “sonarán”. David ha elegido el saxofón y Beltràn la batería. Menuda alegría me han dado, yo que me había imaginado a mis angelitos con el violín y el piano (lo de Gadea con el arpa es mejor que me lo vaya borrando ya de la cabeza).


Por el momento el saxo no molesta mucho, pero la batería es una pesadilla, menos mal que no tenemos vecinos, pero de todas maneras, me parece que este verano vamos a tener que insonorizar la habitación. Por el momento, utilizo los auriculares anti-ruido, los mismos que uso cuando me toca visitar las acerìas.


Del tiempo y del frio es mejor ni hablar. Estoy harta de ir cubierta hasta las cejas y de ponerme siempre las mismas cosas. Me voy quedando sin fantasía, así que he vuelto a mi amada camiseta blanca.